Sexo despues del trabajo

El final del día se acercaba, era ya casi la hora de salir y tenía una salida con un viejo compañero de trabajo que me venía invitando desde hace un tiempo, despues que me retire del mio al ser sorprendida en el acto con otro compañero en la sala de reuniones… nos íbamos a juntar despues de mi trabajo actual pues su departamento quedaba a pocas cuadras.

Crucé el río impaciente, había sido uno de esos extraños días de sol en pleno invierno, de esos días que uno añora mirando por la ventana mientras llueve, por lo que la temperatura era inusualmente más alta a esa hora.

Él estaba ahí, en la salida, al lado de la recepción del lujoso edificio Titanio, con un traje de negro sobrio y al mirarlo descubri en esa mirada lujuriosa que intentaria descubrir el placer de mi vagina humeda y las razones de mis salvajes instintos en las oficinas del nuevo edificio que me valieron mi salida.

Pasamos un par de horas conversando y riendo, hasta que miré mi reloj y le dije que me iba a casa… solo de caliente, solo para no ser tan puta y lanzarme yo a la propuesta de pegarme un buen polvo, de reprimir mis instintos ninfomanos…”Espera – me dijo – vamos a mi departamento y luego te voy a dejar al auto”

Acepté sabiendo que su invitación tenía un doble propósito. Pero lo acepté. Hacía mucho tiempo que no estaba con un hombre y necesitaba volver a sentir.

Su departamento era pequeño, de esos típicos de hombres solteros. Me senté en un sillón mientras me preparaba un café. Lo sorbí lentamente mientras lo miraba, no sé qué me decía, sólo observaba.

Se me acabó el café, dejé la taza en la mesa, entonces él se acercó y comenzó a besarme. Primero lentamente, luego fuimos aumentando de intensidad. Su lengua entraba en mi boca buscando el néctar de mis besos y yo dejaba que me acariciara sin pudores.

¿A quién le podría hacer daño un simple touch’n go?

Se levantó frente a mi, lo miré a los ojos y busqué su cinturón. Lentamente comencé a desabrocharlo, luego fue el turno de sus pantalones. En pocos instantes tenía frente a mi su pico erecto, rosado, lo suficientemente grande como para que no entrara por completo en mi boca.

Ávida de tenerlo comencé a chuparlo, lentamente pero a la vez firme. Mis manos jugaban con él mientras mi lengua lo recorría completo. Traté de introducirlo completo en mi boca pero no pude, sus roncos gemidos despertaban mi pasión a cada embestida que le daba con mi boca. De pronto se echó para atrás y acabó con fuerza.

“Vamos a la cama” Susurró en mi oído.

Sin pudores me quité la ropa y me metí en su cama.

Comenzó a acariciarme lentamente, primero mi cabeza, luego puso su mano en mi cuello y lo apretó suavemente. Cuando llegó a mis pezones instintivamente abrí un poco más mis piernas, sabía que pronto llegaría hasta mi templo y el placer sería infinito.

Su lengua comenzó a rozar mis pezones, los alternaba para luego morderlos suavemente. Mientras yo le acariciaba la cabeza y su espalda.

Siguió bajando hasta llegar a mi clítoris. “Abre más las piernas” ordenó. Hundió su cabeza en mi tan rápidamente que me hizo gritar de asombro, para luego pasar del asombro al placer.

Su lengua experta se paseaba a lo largo de mi rajita caliente, tomando el clítoris y haciendo círculos alrededor de él. Puso uno de sus dedos en la entrada de mi vagina mientras mordía mi clítoris. Quería más, quería tenerlo dentro.

Como si leyera mis pensamientos se incorporó, sin decirme ninguna palabra hizo que me pusiera con mi cola bien parada. Metió uno de sus dedos primero, luego dos, hasta que de pronto sentí su primera embestida.

Mis gritos de placer llenaron la habitación. Podía ver a través de mis piernas las suyas y sus bolas como se balanceaban hasta chocar contra mi cuerpo. Tomó mi pelo y me obligó a levantar la cabeza mientras sentía sus gemidos confundiéndose con los míos.

Le pedí que me diera de nalgadas, primero fueron unas palmadas suaves que fueron subiendo de intensidad al igual que el deseo y placer que me iba inundando.

De pronto supe que iba a llegar a mi climax, mis caderas comenzaron una loca carrera contra las suyas hasta que exploté de placer. Él no se demoró mucho más y explotó dentro de mí.

Tendida en la cama boca arriba se puso de lado, su mano tomó mi garganta y me dijo “Ahora eres mía”

Supe que ese era sólo el inicio de muchas veladas más en ese departamento… despues de mi trabajo gerencial y pulcro en las oficinas cercanas al Titanium… quizas volvia al Titanium con el algún dia…se siente tan rico el sexo en panoramica…quizas les cuente en un proximo relato el que precede este, soy nueva en la pagina y me he reido mucho.

Suya, Mª Pia.

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6 Responses to Sexo despues del trabajo

  1. Estimada…

    Su relato poeticamente caliente y bien redactado ha iluminado mi fria y amargada existencia..hoy tengo turno nocturno en la consulta…que justo queda en el piso 17 con vista a toda la ciudad…seria de gran valor su ayuda desinteresada a este pobre profesional no remunerado. Esperamos tenerla contando mas sus peripecias y ofreciendo pega, felices muchos serian sus exclavos en todo sentido de la palabra.

  2. _Baño.k Esc ribir una vmazno, muy caslienytyre… aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh.

    Que buen relato mi dama, ojala nos deje mas de estas calurosas historias, para poder guardarlas para el invierno.

  3. anonimo dice:

    me mande la manza paja se agradece.

  4. desventurado dice:

    Se agradecen relatos eroticos hacia tiempo q no salian, entre tanta consulta de: tengo el pene chico, no se me para, se me rompio el condon, si me trago el semen quedo enbarazada?, si me pajeo mucho quedo idiota?, y otras descabelladas consultas los relatos son como un oasis, si de tanta emocion me corre una lagrima, aunq no sea en el ojo.

  5. Anonima dice:

    fnatastico y poetico, excelente narración y muestra su candente deseo de poseer y sentirse poseida.

  6. Alam dice:

    He leido tus dos comentarios y ya me he vuelto un fiel fanatico y seguir empedernido !!!
    Contacto ?

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